miércoles, 9 de agosto de 2017

Crónica de un futuro irreparable

La herida sigue ahí,
expandiéndose.
Pasaron muchas cosas,
pero todo era silencio,
todo era nada;
un circulo vicioso,
caer otra vez, perderme,
que mi cabeza funcione en contra mía
(lastimarme)
dormir sin consuelo
y despertar atormentada,
como si supiera el significado de los sueños
alertándome de cosas que ni yo sabia...
Yo ya estaba acostumbrada a caminar sobre escombros,
tenia mis borcegos de antaño
y mis cordones bien atados;
tenia mis sueños intactos
y en la mochila llevaba lo necesario.

No había nada que me curase, pareciera.
Me sentía tan distante a la par,
me extrañaba, me echaba de menos.
Contracara,
mis ruinas,
mis temores,
no podía soportar la imagen borrosa de hechos inexistentes, tal vez
que mis fantasmas creaban , por las injusticias que me tocaban padecer.

La herida se expandía por todo mi cuerpo,
quizás después de tanto dolor y reinvento,
me toque ser un capullo de nuevo,
pero no soportaría tal infierno,
de estar cerca y sentirme tan lejos.

sábado, 5 de agosto de 2017

Al borde

(( En el resquicio de lo que fue y lo que se aproxima, subyace mi alma, en la bolsa de carne todavía con vida. ))

No hacia frío,
pero siempre era invierno;
la noche como navío sin fin.
La casa, un cementerio,
equipada con tumbas llenas de recuerdos muertos,
un funeral inacabable.

Por fuera,
la Luna destacaba,
relucía las hojas muertas
que rompían contra el viento,
él mismo las hacia bailar a gusto.
Por dentro,
la Luna se derretía,
por las cortinas,
por los pasillos,
por cada miserable rincón;
se veían los fantasmas merodeando la casa,
en el abismo,
recitando plegarias en agonía,
arpegio en sigilo
de una herida voraz.

La Luna se escurría,
con cautela,
atravesando las puertas,
subiendo las escaleras,
llegando al cuarto mas oscuro.
Frente al espejo, un cuerpo,
cargado de venas vacías,
sin sangre corriendo,
un alma enteramente rota.
Azabache como la noche,
en la penumbra estaba,
podría decir que aquello que la Luna mirase,
era una sombra,
en las tinieblas,
un ser tenebroso,
un monstruo de tristeza.

Cuando tenia hambre,
con las uñas,
marcaba el dolor -su dolor-, compacto,
y lo fileteaba,
luego lo mezclaba con sus penas y lo condimentaba con duda, remordimiento... Lo que fuese mas concluyente,
lo ponía en el fuego y cuando estaba listo se sentaba a comer.
Uno diría que se consumía a si mismo, parte por parte.
Y si tenia sed, de beber tenia acumulado sus frascos de lágrimas.
… ¡Y brindaba! ¡Soledad, querida! Siempre fuiste mi mejor compañía …
Pero ya era tiempo de concluir, si, ya era tiempo...

En la oscuridad y la neblina,
el guardián venia a buscarlo,
le extendía su mano,
en un susurro le daba la bienvenida,
la Diosa aguardaba para darle su gentil abrazo.

Y ya era tiempo


 No quedaba nada ya, un callejón que tenia como corazón, destruido, deshabitado,
los latidos eran ecos en el silencio, un grito mudo, un grito de salvación. Ya estaba decidido...

Todo es invierno aquí y todo este frio, quema.
Mis fantasmas  por inercia  en vano recitaban plegarias dañadas...
Que volvieras,
que cruces la puerta y verte allí,
que tu cielo arrase con todo mi infierno
y permanezca lo sublime que solo con vos obtengo,
que toda esta ruina se transforme,
en aquello que era nuestro hogar,
que el silencio no sea parte,
que el desierto se llene de vos y me ilumine
que la cicatriz ya no duela,
que con tus besos me cure.
Pero todo es ilusión, todo es recuerdo...

Ella se fue, y jamás regreso,
me dejo, solo y sin amor,
desde este lado puedo ver todo,
y no lo puedo tocar,
se escapa por mis dedos el humo de la tempestad.

Y por ultima vez sintió, que ya era tiempo...

Sin dudar extendió su mano y dijo que si,
y se dejo acariciar,
y se quedo a dormir.

Capital

Invierno
el Sol no llega a tocar el asfalto
las torres de cemento
hacen mas fría la ciudad.
El viento se vuelve hiriente,
me corta las manos y la cara,
por mis ojos se escapa una lagrima,
se congela
y desaparece.
Entre la gente,
busco un camino cálido,
avenida principal,
en todo mi cuerpo
también es invierno
y llueve por dentro,
doblo la esquina
un lastre queda allí
permanece un recuerdo
inerte,
y yo me voy,
fui a buscarme
en esta enorme ciudad.

Inolvidable

 De todos mis escritos decime cual es tu favorito De todos, mi mejor poema sos vos Esta vida es corta y no nos va a esperar Solo quiero que ...