jueves, 17 de octubre de 2019

Sucumbir

Al pasado lo destroce por completo porque a veces hay cosas que no quiero recordar, literalmente. El olvido es eso que llega cuando menos lo esperas, para bien o para mal, no hay punto medio. Volví para dejar la huella mas sincera de mis palabras, para no olvidarme nunca de aquello que fui para no repetirlo y continuar sin remordimiento. Son el peso de mis palabras contra la neblina dura de las consecuencias de mis decisiones, no vulgares, porque lo que menos hay de mi vida es eso, lo rico de cometer el pecado es la imprudencia que recorre mi cuerpo para explotar en mi corazón de gozo, y digo imprudencia porque lo considerado "normal" se queda por debajo de mis deseos, quiero todo lo que me lleve a romper el limite de mi espíritu, ya no tengo miedo de quebrarme en mil pedazos, no hay nada que me atormente mas que quedarme encadenada a la ilusión y la duda de las cosas que pude haber hecho y no hice, no ser sincera conmigo misma es mi peor castigo. Deje de ver las cosas como un acto suicida hace mucho tiempo, valiente es aquel que tiene una meta y no teme al fracaso, al rechazo y todo lo negativo que venga si no sucede o no sale de acuerdo al "plan", vivir con eso y convertirse en su propio héroe. Valiente es aquel que ama con total entrega, ¿no es la mejor forma de sentirse a salvo? Subirse a la montaña rusa sin abrocharse el cinturón, estar en la cuerda floja y no vacilar en mirar hacia abajo. Esa clase de valor no la ves en todas partes... Y de todas maneras, no encuentro otra mejor forma de morir, que amando cada instante de la vida, aunque sea completamente fatal verlo en ese formato, pero por esta vez, si es que no muero o me matan antes, decido vivirla de esta manera, intensamente, aunque el puñal, vuelva a doler.


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